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Editorial 204

 


Pecados capitales


Pecado proviene del latín peccatum. Es la trasgresión voluntaria de un precepto.

 

Para los griegos el pecado era hamartia : "fallo de la meta, no dar en el blanco". Se refería al concepto de vivir al margen de lo esencial debido a un comportamiento erróneo.


En sentido religioso el pecado es un "delito moral" originado por la trasgresión voluntaria de normas o preceptos religiosos importantes.


El pecado es considerado como "una falta contra la razón, la verdad, la conciencia, el desarrollo, etc. Es faltar al amor a Dios y al amor debido al prójimo.


Una conducta es pecado porque daña la naturaleza del hombre y atenta contra la sociedad. Es un acto o un deseo contrario a la ley eterna que tiene como objetivo el desarrollo del hombre, la felicidad y la salvación.


Existen siete pecados capitales: Lujuria, Gula, Avaricia, Pereza, Ira, Envidia y Soberbia. Se denominan pecados capitales porque son la cabeza u origen de otros pecados.


En la actualidad la gente considera que estos pecados están desfasados y que deberían ser reemplazados por otros.


Un sondeo realizado por la BBC de Londres indica que de los siete pecados capitales, sólo la codicia es considerada en la actualidad como pecado. De manera que la soberbia, la envidia, la ira, la gula, la pereza y la lujuria, se han visto desalojados de la escala de valores de los ciudadanos encuestados para dejar sitio a nuevas perversiones morales como la crueldad, considerada la falta más grave por un 39% de las personas consultadas. Después siguen el adulterio (11%), el fanatismo (8%), la deshonestidad (7%), la hipocresía y la codicia (6%) y el egoísmo (5%)

 

“Nos preocupan menos los siete pecados capitales y más las acciones que suponen daños para los demás. Se trata de pecados sociales


Si bien todo pecado es personal, porque es un acto de la libertad individual, es al mismo tiempo un pecado social porque, en cierta manera, repercute en los demás.

Los pecados sociales son determinados comportamientos colectivos, de grupos sociales más o menos amplios o de naciones enteras. En estos casos el pecado social es el resultado de la acumulación de muchos pecados personales que al final desencadenan comportamientos generales. (...) En los pecados sociales cada quien tiene su cuota de responsabilidad por acción o por omisión, porque, en definitiva, cada uno es responsable de sí mismo y también de la sociedad. Uno no puede cambiar la sociedad pero sí puede tener una actitud activa en vez de "lavarse las manos"
Se considera como pecado social toda acción cometida contra la justicia, contra el derecho a la vida, contra a la integridad física, contra a la libertad, contra la dignidad y el honor, contra el bien común y contra todos los derechos fundamentales del ser humano.
El pecado está en tratar a los seres humanos como un objeto o como un medio utilizado en beneficio propio.

En la naturaleza todo se rige por leyes naturales. La finalidad de las leyes es garantizar el buen funcionamiento del universo. Las leyes naturales se cumplen de forma inexorable. Si un día dejaran de cumplirse, todo se reduciría al caos. De forma similar, el ser humano (como individuo y como parte de la sociedad) necesita conocer y cumplir ciertas leyes morales con el fin de garantizar el desarrollo, el éxito, la convivencia y la paz. El desconocimiento o incumplimiento de estas leyes genera conflictos a nivel personal y a nivel social.


El ser humano es básicamente instintivo y tiende al libertinaje. Sin embargo, la sociedad ha evolucionado y ha aprendido a controlar los instintos. Para ello ha creado principios, leyes, valores y normas que cada generación transmite a la siguiente generación con el fin de que aprenda a controlarse y a integrarse en la sociedad.


Si bien la moral es personal, su objetivo final es el bien común: la supervivencia de la especie humana y el logro del mayor nivel de evolución posible. En cierta forma, el desarrollo de las personas sólo tiene sentido en la medida en que contribuye al bien común.


Las leyes civiles sirven para establecer los límites sociales entre las personas, determinando los derechos y deberes de cada ciudadano. El quebrantamiento de la ley acarrea una pena (multa, cárcel...) La finalidad de la pena no es castigar sino enseñar al culpable, advertir a los demás y proteger a la sociedad.


Las leyes morales sirven para establecer los límites correctos de la conducta personal y también del comportamiento social. El ser humano, de forma individual, no tiene suficiente experiencia de la vida ni de las consecuencias de ciertas conductas que podrían causarle graves daños, mientras que, las leyes morales están basadas en la experiencia y sabiduría de toda la historia humana.
Las leyes morales no coaccionan sólo informan y advierten de lo correcto y de lo incorrecto, después el hombre es libre de cumplirlas o no.

El quebrantamiento de la ley moral acarrea una culpa (pecado) el cual tiene un castigo moral (remordimiento) El remordimiento es el reclamo de la conciencia que pide rectificación.


Muchas personas silencian la conciencia para vivir a sus anchas, lo cual es grave, porque la sensibilidad moral al igual que la sensibilidad corporal nos informa del estado de salud y nos advierte por medio del dolor (cuerpo) o del remordimiento (conciencia) de la existencia de peligros. La insensibilidad corporal nos hace vulnerables a infinidad de peligros y la insensibilidad moral nos hace víctimas, en primer lugar de los instintos y después de números vicios.


La conciencia es una luz que ilumina el camino que conduce al desarrollo y a la evolución y es una señal de alarma que nos ha dado la vida para evitar que nos hagamos daño grave y para salvarnos de la autodestrucción; por lo cual, el mayor crimen que puede cometer un ser humano contra sí mismo es intentar "matar su conciencia" Digo intentar, porque, en realidad, nadie puede matar de verdad su conciencia. La conciencia forma parte de la esencia del ser humano y está siempre presente, presidiendo la vida de la persona. Podemos echar por la borda los principios y valores para vivir sin freno, pero la conciencia no callará nunca y nos pedirá rectificación a través del remordimiento, del vacío y de la frustración.


La conciencia nos hace personas; la conciencia es lo que nos diferencia del reino animal.
Es significativo que en los países más desarrollados se estén incrementando las enfermedades mentales de forma alarmante.
Un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud Mental de EEUU, señalaba que un 46 por ciento de los norteamericanos (135 millones) sufriría un serio desorden mental en 2005, según los diarios estadounidenses The Washington Post y Usa Today.
Por su parte The Washington Post señala que nadie sabe por qué existen índices tan altos de enfermedades mentales en USA, pero reconoce la importancia de los "factores culturales". Las minorías, a pesar de su pobreza, padecen de menos problemas mentales porque viven en familia, se apoyan unos a otros y evitan la soledad y el abandono que aqueja a representantes de las mayorías más ricas. Hay que añadir que las minorías son más ignorantes pero tienen más valores morales.


¿Quién dicta las leyes morales?

Mucho antes de que aparecieran los diez Mandamientos, la sociedad ya tenía sus leyes morales; por supuesto, se trataba de leyes morales básicas. Se cree que el ser humano a medida que ha evolucionado se ha dado cuenta de la necesidad de establecer ciertas leyes morales para controlar los instintos y poder vivir civilizadamente.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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